martes, 31 de marzo de 2009

"Grageas idiomáticas" 2

Francisco Vázquez, estudioso del idioma y vecino de San Fernando, aceptó gentilmente colaborar con “Prensa Libre literario”, enviando lo que él llama “grageas idiomáticas”, que bien pueden servir para que empecemos a tratar mejor a nuestro idioma. (Hoy del 11 al 20).
11) Hay dos palabras curiosas en español, que han ido perdiendo su significado original, para ir pasando a querer decir exactamente lo contrario: enervar y lívido. Enervar comenzó su carrera con el significado de debilitar, quitar fuerzas, y la ha concluido con el de irritar, tal vez porque la segunda acepción del equivalente francés tenga ese significado. Lívido, por su parte, comenzó significando amoratado, y acabó su aventura con el sentido de intensamente pálido, manteniendo la Academia ambas acepciones en ambas palabras. Por tanto, enervar significa al mismo tiempo aplacar e irritar, y lívido, amoratado e intensamente pálido. ¡Aderézame esas medidas!

12) La flauta, usada generalmente en la orquesta sinfónica, que el intérprete toca dirigiéndola a un costado de su rostro, por su peculiar posición se ha llamado “travesera”, es decir, que va colocada de través. En la Argentina, vaya Dios a saber por qué, se ha dado insistentemente en llamarla traversa.¿Qué significado tiene en castellano la palabra traversa? En primer lugar, digamos, ya que de adjetivo estamos tratando (un califcante de flauta), que no existe en nuestra lengua el adjetivo traverso/a. La única palabra vigente en el diccionario es el sustantivo femenino traversa, que para colmo significa en su primera acepción un madero del carro, y en la segunda, un cabo propio de la náutica. En conclusión, corresponde decir, sin duda alguna, flauta travesera.

13) La palabra más genuinamente nuestra para señalar a quien encabeza una orquesta es, sin duda, director. Ello no quiere decir que tal cual vez no podamos emplear la voz conductor; pero el abuso de este último vocablo, su uso permanente, obedece, seguramente, a influencia del equivalente inglés, conductor. Su uso frecuente puede ser tildado, pues, de anglicismo.

14) En nuestro Delta del Paraná, las posadas se llamaron desde antiguo recreos. Veo hoy ir en regresión la palabra, al irse empleando otras que nunca han sido propias de la comarca: Hotel, ríotel, etc. Fuera de desear que la voz tradicional no se perdiese.

15) El anglicismo bingo, ya incorporado al diccionario académico, vino a suplantar malamente a la palabra tradicional lotería. Las pocas diferencias que puedan reconocerse entre uno y otro juego no justifican en manera alguna el reemplazo de la voz castellana por una extranjera.

16) A propósito: Locución adverbial con que se expresa que una cosa es adecuada u oportuna para algo: «Esa herramienta es a propósito para golpear». También locución adverbial con que se expresa que una cosa al ser mencionada, ha sugerido o recordado la idea de hablar de otra: «A propósito de José, ayer lo vi en la iglesia». De propósito: Con intención determinada, voluntaria y deliberadamente: «No lo hiciste sin querer; lo hiciste de propósito». El uso ha reducido estas locuciones a sólo una: A propósito. El diccionario ya da a propósito como equivalente de de propósito, lo cual no es bueno, pues hemos restado un modo de expresión al acervo lingüístico castellano. Diferenciar funciones con palabras y expresiones diferentes y específicas, enriquece y perfecciona los medios de expresión.

17) La conjugación de los verbos errar y apretar, según cánones gramaticales, ha sido prácticamente derogada en la Argentina. Verbo errar, presente de indicativo (forma académica): Yo yerro, tú yerras, él yerra, nosotros erramos, vosotros erráis, ellos yerran. En la Argentina: Yo erro, tú erras, él erra, nostros erramos…ellos erran. (Así en los demás modos y tiempos). Verbo apretar (forma academica):Yo aprieto, tú aprietas, él aprieta, nosotros apretamos, vosotros apretáis, ellos aprietan. En la Argentina: Yo apreto, tú apretas, el apreta… ellos apretan. (Observaciones similares para los otros modos y tiempos). Por supuesto, a extranjeros que conjugan correctamente estos verbos el uso generalizado argentino les debe de sonar espantoso. ¿Podremos algún día enseñarle a la gente la conjugación correcta de los verbos apretar y errar? ( Si no lo hace la escuela…)

18) Periódicamente se pone de moda el uso de aros o brazaletes en los tobillos. En el momento en que esto escribo lo está, aun entre los hombres, que con varonil ímpetu han dado en abrazar en los últimos años cuanto uso femenino en el vestido y el adorno se les ponga a tiro. Se les suele llamar a esos adminículos pulseras, denominación incorrecta, pues esa prenda deriva su nombre de pulso, es decir, de la zona del brazo que llamamos muñeca. La palabra más correcta para las de los pies es ajorca, teniendo en cuenta que ajorcas se pueden llamar según el diccionario también los aros que se ponen en muñecas y brazos.

19) El monedero que se coloca con una correa en la cintura se ha llamado tradicionalmente escarcela. Al reinstalarse el uso de los mismos en la Argentina hace algunos años, renació con el nombre de riñonera, palabra que no hallo en mis diccionarios. ¿Será que al principio se los usó a las espaldas, para pasar a ocupar después la parte delantera de la cintura? El antiguo dicho «tiene el riñón bien cubierto», en el sentido de tener el individuo riqueza, ¿no abona, en cierta medida, la nueva voz?

20) Uso reprobable de la preposición A: Se considera el procedimiento A seguir; su proyecto figura entre los asuntos A tratar hoy; éstas son cuentas A cobrar; depósito de mercaderías A despachar; cartas A contestar; lecciones A estudiar, y otras expresiones análogas, son incorrectas por el uso galicado que en ellas se da a la preposición a. Es propio del genio de la lengua francesa decir, v.gr.: le projet Á étudier, une question Á traiter, le comédie Á représenter, pero estas formas sintácticas no pueden volcarse literalmente al castellano, en el cual corresponde reemplazar la a, o esta preposición y el infinitivo que la sigue, por otra preposición más adecuada, por una oración de relativo o por otro giro. Así, los ejemplos dados pueden trocarse en se estudia el procedimiento que habrá de seguirse; su proyecto figura entre los asuntos que se tratarán hoy; éstas son cuentas al cobro, o pendientes de cobro; depósito de mercancías pendientes de despacho; cartas por contestar; lecciones que hay que estudiar. Enciclopedia Sapiens de la Lengua Castellana. Año 1956 -tomo III- pág. 1076, “Dificultades del Idioma”.

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