miércoles, 5 de mayo de 2010

Blais: “Los periodistas siempre han sido rebeldes y muy difíciles de atar”

Madeleine Blais, periodista norteamericana ganadora del premio Pulitzer 1980, estuvo en la Feria del Libro para hablar de periodismo, con colegas del medio, y dar una conferencia pública sobre el reconocido dramaturgo norteamericano Tenesse Williams (El gato sobre el tejado de cinc caliente, entre tantas). Antes de encontrarse con el público de la Feria charló en exclusiva con Prensa Libre y la Editora Escala, de Brasil. La periodista habló en inglés con una traductora de por medio.

¿Qué significó el Pulitzer para usted?
Siempre viene bien tener ese premio en el currículo de uno, pero también debería decir que fue un gran honor para mí y agradezco siempre que se me haya reconocido de este modo y me ayudó a abrir puertas permanentemente. A veces significa, como me pasó recientemente, que visité Bulgaria y di cursos de periodismo durante una semana. El premio mejora la autoridad que uno tiene, justa o injustamente (risas), pero espero también yo haber generado oportunidades para los demás.

¿En su país existe tanta concentración mediática como acá? ¿Qué es mejor para que el periodista pueda desempeñarse en condiciones?
¿Lo que usted esta diciendo es que los medios están en manos de unos pocos aquí?

Si…
Cuando mayor diversificación haya es mejor (para el periodista). Sin embargo a mi me llama mucho la atención del término “periodista ciudadano”. Es un término, en definitiva, para que cualquiera que quiera presentar una historia en un sitio de Internet se pueda hacer llamar periodista. Por ejemplo, si yo me llamara una “cirujana ciudadana” diría: “¡En manos de ella no…! (no me opero). Los periodistas tienen capacitación, en cuanto al respeto por la precisión, la organización de la información, determinar lo más o menos importante. El ciudadano común tiene derecho a tener su opinión, pero no todo el mundo es periodista.

¿Cómo llegó al periodismo y a la literatura?
Yo crecí en una familia muy grande y llegaban muchos periódicos a nuestro hogar todos los días; cuatro, cinco y hasta seis por día y era un pueblo muy pequeño. Además justo cruzando la calle había una biblioteca. Pasé toda mi infancia expuesta a la literatura y al periodismo, y me encantaba leer diarios y periódicos y de joven intentaba obtener un puesto en la redacción. Era más fácil en ese entonces. Cuando se me abrieron las puertas empecé a publicar artículos de fondo para el Miami Herald en 1980, cuando era un gran periódico, con mucho personal que cubría Sudamérica y allí tuve la oportunidad de escribir historias largas y no simplemente la noticia de último momento. Y eso fue la base para el deseo de escribir libros. Enseño periodismo también y uno de mis libros preferidos para enseñar es Relato de un Naufrago (1970) de Gabriel García Márquez.

¿Qué condimentos debe tener el periodista para poder desempeñarse con éxito en el mercado?
Para mi los periodistas siempre han sido trashumantes, en general, rebeldes y muy difíciles de atar. Actualmente todavía se necesitan esas cualidades, pero hay que ser también emprendedor y empresario a la vez. Una persona de negocios realmente. Porque hay que saber como distribuir las historias que uno escribe, y como ganarse un nombre. No es tan fácil llegar a trabajar para una institución relevante.

¿Qué valores?

Estamos a favor del libre intercambio de ideas, la justicia social. Eso nos une aun más con mi marido (John Katzenbach, que también estará en la Feria), aunque como escritores seamos distintos. Yo puedo llegar a agonizar para buscar una palabra y mientras yo agonizo él capaz que escribió un capítulo… (risas) El fue periodista también, nos conocimos en una redacción.

¿Cómo está el periodista, en cuanto al ingreso, en su país?
Estamos en una etapa de indefinición. A los periodistas jóvenes les resulta muy duro. Hace treinta años había periodistas jóvenes, estudiantes que trabajaban para periódicos y ahora no encuentran trabajo. Es muy desalentador.

¿Para quien es más fácil cruzar al otro oficio, para el periodista o para el escritor?
Ser periodista requiere habilidades especiales: escuchar respetuosamente; aguantar a personas que no caen bien; respetar fechas límite muy estrictas. John (el marido) escribe desde adentro de su cabeza y aunque escucha a sus personajes, y algunos de sus personajes no le gustan, es diferente, él se pone sus propias fechas. La enseñanza en el periodismo, de alguna manera es más dura. Uno está tratando de cambiar el futuro de un individuo…(piensa). Es un desafío.

Las tecnologías tienden a inmovilizar en la redacción ¿Lo ve como una ventaja o una desventaja para hacer una nota efectiva?
Yo tengo tendencia a ir hacia la gente real, en lugares reales, con quienes sufren problemas reales. La entrevista telefónica es como una comida sin condimentos. Yo enseño y califico con mejores notas a aquellos alumnos que para sus trabajos realizaron un trabajo de campo, fueron al terreno, y escucharon. Eso califico.

¿Por qué eligió al dramaturgo Tenesse Williams (TW) para su charla con el público?
Esta entrevista que le hice a TW fue un pívot en mi vida y cómo pensé que la audiencia de la Feria del Libro son personas a las que les gusta la literatura les va a gustar que les hable de TW. Pues fue una estrella internacional

¿Cuánto de talento y cuánto de oficio tienen que tener un escritor o un periodista?
Cuando estaba en la secundaria estudie con unas monjas y una tenía una cita de (el reconocido inventor) Thomas Edison: “el genio se compone de nueve décimas de transpiración y de una décima parte de inspiración”. Así que el talento es importante, pero sin el trabajo duro del oficio no se puede hacer nada…

Madeleine Blais
Madeleine Blais obtuvo su título de grado en la Universidad New Rochelle y su maestría en la facultad de periodismo de la Universidad de Columbia. Fue periodista para el Boston Globe, el Trenton Times, y formó parte de la revista Tropic del Miami Herald desde 1978 a 1979.

En 1980 obtuvo el prestigioso Premio Pulitzer. Además, fue becaria Nieman en la universidad de Harvard en 1986. Ha escrito artículos para el Washington Post, el Chicago Tribune, la revista Northeast del Hartford Courant, el Philadelphia Inquirer, Newsday, Nieman Reports, Detroit Free Press, el Boston Globe, la revista New York Times, School Library Journal y para el San Jose Mercury News.

Es autora de “In These Girls, Hope Is a Muscle” (1995): finalista en la categoría de literatura de no ficción en los Premios del Círculo Nacional de Críticos Literarios; nombrado uno de los 100 mejores libros sobre deportes de siglo veinte por la cadena ESPN; y actualmente en proceso de ser llevado a la televisión.

Otras obras de su autoría son: “The Heart Is an Instrument; Portraits in Journalism” (1992); y “Uphill Walkers: Memoir of a Family” (2001), trabajo que recibió el premio “Massachusetts Book Award” y el premio “Ken Book Award” otorgado por la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales.

Es miembro asesor del directorio del programa de maestría en escritura creativa de no ficción de la Universidad Goucher; y forma parte del directorio editorial de Riverteeth, una publicación literaria de no ficción. Desde 1987 es profesora y coordinadora honoraria de periodismo de la universidad de Massachusetts en Amherst.

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