miércoles, 1 de septiembre de 2010

¿A dónde nos lleva este camino, muchacha?

Cuando tenía 5 ó 6 años, en todo caso a fines de los ’60 (se ve que ando de revival en revival, sabrán disculpar, es la edad), se escuchaba la música de la propaganda de los cigarrillos Virginia Slims, cuyo estribillo rezaba: "Has recorrido, muchacha, un largo camino ya…" Y nos mostraba a chicas de los locos años ’20, de los ’50 y la posguerra, claro está, la revolución de los años del flower power…

En el contexto de estar revisando traducciones al castellano sobre originales en inglés de cuentos de Virginia Woolf para alumnos del Traductorado de la UB, me encuentro con "A Society", una narración más bien larga de la Woolf donde despliega lo más ácido de sí sobre el significado de ser mujer en 1920. El quid de la cuestión es: ¿Cuánto cambiaron las cosas? El largo camino (que más me hace acordar al "long and winding road" de Los Beatles por lo intrincado y meandroso) que supongo va desde las cavernas hasta nuestros días, ¿adonde nos lleva? ¿Cuándo termina?

La anécdota de "A society" (o "La sociedad") es simple: un grupo de mujeres jóvenes, todas de menos de veinte años, se reúne y a su manera "complota" para hacer preguntas a los hombres, a efectos de demostrar que el objetivo en la vida debe ser producir buena gente y buenos libros… Una verdadera ingenuidad, n’est-ce pas? Deciden no traer hijos al mundo hasta estar satisfechas con las respuestas…

Así van realizando un periplo que las lleva a universidades, a la Armada, a la Corte. La visita a un académico y la disputa sobre la castidad de la poetisa Safo derivan en que la que llevaba adelante la encuesta, Castalia, había perdido el punto: ¿estos profesores producían buena gente y buenos libros? Había olvidado preguntarlo. Digresión va, digresión viene, a los tres meses Castalia reaparece, embarazada… Según ella, había sido su modo de traer respuesta a las preguntas de marras. De pronto se desata la Primera Guerra, es 1914 y las muchachas no se reencuentran hasta 5 años después, casi llegando a los años ’20. Lejos están de los comienzos de la Sociedad, toda la culpa se debe a la lectura: "Si no hubiéramos aprendido a leer", dijo ella amargamente, "todavía estaríamos trayendo hijos al mundo en la más completa ignorancia y creo que ésa es la vida más feliz después de todo."

Se me ocurren una serie de reflexiones; todas quizás con un tinte muy feminista: sería ridículo sustentar, salir con una bandera ideológica, que pretendiera que nada pasó en nuestras vidas como mujeres desde principios del s. XX hasta hoy. Pero cuando veo y escucho a tantas mujeres quejarse de la multiplicidad de roles que la vida actual nos reparte por doquier, la información invadiendo pantallas de computadoras, de notebooks, de netbooks, de Blackberries, de Iphones, y pienso en que la Woolf no pudo seguir tomando esta situación con ironía, el hecho de ser mucho más ilustrada que el resto, una mujer que escribía mejor que muchos hombres, seguramente una esposa que escribía mejor que su marido, en fin, pienso que un buen día se llenó el tapado de piedras y se metió en el agua de un arroyo o un río, no sé, y su historia se terminó. De resultas de lo cual vuelvo al principio cual anillo de Moebius y digo, el largo camino, ¿adónde nos lleva? ¿Cuándo termina?"

Es cierto, es un lunes gris y entiendo a Bob Geldof y su "I don’t like Mondays".
Buena semana para todos.

Silvina Rodríguez
Tierra De Libros
www.tierradelibros.com.ar

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