jueves, 17 de febrero de 2011

El cuento: origen y desarrollo (61) por Roberto Brey

61

Bécquer y Larra

Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) tuvo poca suerte en vida, ya que no logró la trascendencia pública de Espronceda o Zorrilla. Sus rimas y leyendas aparecieron sueltas en los diarios de la época, y su muerte pasó inadvertida. Huérfano en la infancia, abandonó una vida más fácil a cargo de su madrina para dedicarse de lleno a la escritura. Nunca tuvo éxito, y sobrevivió miserablemente como periodista, gran parte de su corta vida. Sus Rimas fueron realizadas entre 1860 y 1861 y publicadas en su conjunto recién en 1871, gracias al esfuerzo de sus amigos, y su éxito fue fulminante, ante un público que lo consagró como el mayor poeta español. Entre las más conocidas figuran la I que empieza:

“Yo sé un himno gigante y extraño / que anuncia en la noche del alma una aurora…”;
la VII: “Del salón en el ángulo oscuro, / de su dueño tal vez olvidada, / silenciosa y cubierta de polvo / veíase el arpa.”;
la LIII: “Volverán las oscuras golondrinas…”
Su estilo es sencillo pero con gran sentimiento y, en sus rimas se reconoce la influencia mayor de Heine.
En prosa escribió: “Cartas desde mi celda”, escritas en el monasterio de Veruela donde pasó un tiempo para reponer su salud, además de diversos artículos y críticas publicadas en diarios.
Pero aquí nos interesan sus “Leyendas”, escritas con una prosa de gran lirismo y sobriedad, como antecedente de los cuentos españoles modernos. Tomados de las tradiciones populares, se destaca la influencia de los “Cuentos fantásticos” de Hoffman (Cap. 42).

En una de sus Leyendas (El rayo de luna) en cierta forma describe su pasión y su idea acerca de la literatura, refiriéndose al protagonista Manrique: “Amaba la soledad, porque en su seno, dando rienda suelta a la imaginación, forjaba un mundo fantástico, habitado por extrañas creaciones, hijas de sus delirios y sus ensueños de poeta, tanto, que nunca le habían satisfecho las formas en que pudiera encerrar sus pensamientos, y nunca los había encerrado al escribirlos.”

Las Rimas de Bécquer pueden leerse en: http://www.ciudadseva.com/textos/poesia/esp/becquer/rimyley/rimyley.htm
Las mejores Leyendas en:
Maese Pérez el Organista - Gustavo Adolfo Bécquer
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/becquer/rimyley/maese.htm
El rayo de luna Gustavo Adolfo Bécquer
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/becquer/rimyley/rayode.htm
El miserere1 Gustavo Adolfo Bécquer
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/becquer/rimyley/miserere.htm
Los ojos verdes Gustavo Adolfo Bécquer
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/becquer/rimyley/ojos.htm
La Venta de los Gatos Gustavo Adolfo Bécquer
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/becquer/rimyley/venta.htm
El gnomo Gustavo Adolfo Bécquer
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/becquer/gnomo.htm
El monte de las ánimas Gustavo Adolfo Bécquer
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/becquer/rimyley/montede.htm


Mariano José de Larra (1809-1837). España se debatía en medio de un absolutismo finalmente en extinción con la muerte de Fernando, y una monarquía constitucional (de Isabel II) todavía en germen. El pesimismo era el sentimiento predominante y en la literatura predominaba la sátira, el ensayo, casi todos ellos muy críticos de los hábitos y costumbres de la sociedad. Mientras predominaba la poesía romántica, la prosa se debatía entre pocas y olvidables novelas y la labor periodística. Allí se destaca Larra, con sus “Artículos de costumbres”, que influyeron poderosamente en los escritores argentinos de ese período, entre ellos Domingo Faustino Sarmiento.

Hijo de un exiliado liberal, Larra se hizo famoso como articulista. “Su innata mordacidad, que tan pocas simpatías le acarreaba", al decir de su amigo y escritor Mesonero Romanos (1803-1882, se lo señala como el principal autor costumbrista, con una postura irónica ante el Romanticismo y con cierto parentesco con los artículos de Larra), era una de sus características. De fuerte temperamento, contrario a las convenciones sociales, sus artículos fueron despiadados con los defectos sociales y artísticos y, aunque inmerso en el romanticismo, no vacilaba en criticar sus defectos y exageraciones.

A los veinte años se casó, tuvo tres hijos, pero el matrimonio fracasó. Dedicado plenamente a la escritura, logró vivir gracias al periodismo. Pero las frustradas relaciones amorosas que mantuvo por cuatro años con una dama de la corte lo llevaron al suicidio, que concretó con un disparo en la cabeza, a los tan solo 28 años.

Además de su obra periodística, también cultivó la poesía, de corte neoclásico y satírico; el teatro, con la tragedia histórica “Macías” (1834); y la novela histórica, con “El doncel de don Enrique el Doliente” (1830), sobre un trovador gallego a quien dio muerte un marido cegado por los celos.

Larra escribió más de doscientos artículos, de costumbres, literarios y políticos, bajo seudónimos como Andrés Niporesas, El pobrecito hablador y sobre todo, Fígaro.

“Su estilo es sobrio, incisivo, nervioso. Escribe en forma simple y directa, sin adornos ni énfasis. A veces exagera la nota cómica o grotesca, pero siempre logra su efecto, que es poner en evidencia lo ridículo de ciertos tipos o costumbres de su época”, lo define Estrella Gutiérrez.

El escritor y crítico literario Azorín (1873-1967), lo elogia cuando dice: “Al espíritu de rebelión contra lo existente, Larra unía un anhelo de otra cosa mejor. Ése es su idealismo. Murió Larra cuando su ansia ideal no había podido dar todos sus frutos; la vida, la experiencia de la vida, las satisfacciones y los trabajos de la vida hubieran ido seguramente puliendo todo lo que había en él de violento, de agresivo”.

De los artículos donde satiriza la forma de vida española, se pueden destacar: Vuelva usted mañana (Sátira de las oficinas públicas), El castellano viejo (contra la grosería del campesinado), Corridas de toros, Casarse pronto y mal (con tintes autobiográficos), entre otros.

En sus artículos políticos se ve claramente reflejada su educación liberal y progresista, con artículos hostiles al absolutismo, al tradicionalismo y al carlismo. En algunos de ellos, Larra descarga su exaltación revolucionaria, como en la que dice: "Asesinatos por asesinatos, ya que los ha de haber, estoy por los del pueblo".

Vuelva usted mañana Artículo de Mariano José de Larra
http://es.wikisource.org/wiki/Vuelva_usted_ma%C3%B1ana
El día de difuntos de 1836 Fígaro en el cementerio
http://es.wikisource.org/wiki/El_d%C3%ADa_de_difuntos_de_1836
Corridas de toros de Mariano José de Larra
http://es.wikisource.org/wiki/Corridas_de_toros
Los amantes de Teruel de Mariano José de Larra
http://es.wikisource.org/wiki/Los_amantes_de_Teruel

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