martes, 28 de agosto de 2012

Los cables de Wikileaks sobre la Argentina de la A a la Z



Los cables que fueron hechos público por Wikileaks, se refieren al gobierno que hoy domina el mundo y su relación con gobernantes, políticos y periodistas de los demás países. Lo que cuentan en la intimidad, las confesiones a los funcionarios norteamericanos, las opiniones de estos sobre los dichos y las personas que les informan, les piden y alaban sin pudor.

Normalmente estas cosas son secretas, pero hubo una filtración, y el sitio Wikileaks hizo público documentos que no se tenían que dar a conocer a la gente común, a nosotros, los mortales, que somos manejados diariamente por los medios de comunicación.

Esto le costó la amenaza de cárcel al titular de Wikileaks, Julian Assange, y el peligro de caer en las redes judiciales de los EE.UU., reconocidamente crueles con quienes desbaratan sus juegos o dan a conocer sus inmoralidades y las de sus informantes. Hasta la pena de muerte puede caberle a este hombre que entregó la información a los principales diarios del mundo que, sin embargo, seleccionaron muy bien lo que debían publicar: aquello que molestara a gobiernos de segunda categoría o que fuera más escandaloso, pero sin mayores detalles y que no los involucrara a ellos mismos.

Por eso, ahora es tan importante que periodistas como Santiago O’Donnell, que han podido tomar en sus manos la información, nos cuenten algunos detalles, en especial aquellos que se refieren a nuestro país.
Como cuenta el investigador Martín Becerra en el prólogo, “Santiago O´Donnell es el único periodista argentino que ha tenido contacto personal con Julian Assange y es uno de los pocos que tuvo acceso directo a los 2.150 cables de la mega filtración que hablan de la Argentina. Estos 2.510 cables representan solo el 1% de la base de datos del escándalo…”

Los cables fueron divulgados a fines de 2010, pero la alianza de los grandes medios que los difundieron con Assange, quedó rota en febrero de 2011, cuando cada medio empezó a utilizar la información según como convenía a sus intereses, y también a dejar de lado aquella que no le traía algún beneficio. Por eso es importante esta publicación, que tiene información inédita o que fue publicada parcialmente, sólo en algunos medios.

Por supuesto que esta información es parcial, pero muchas veces es única. Nosotros publicamos parte de esa información (dice Santiago O’Donnell), también somos parciales, pero es la que consideramos que puede ser de mayor interés para nuestros lectores, por haber sido menos difundida o más relegada.

El hombre acusado de haberse apropiado de los cables, el soldado Bradley Manning, hoy está preso y no le pueden sacar a quién se los dio. Pero son millones los empleados públicos que podían haber tenido acceso a esa información. Lo que la Justicia norteamericana tratará de probar es que algunos de los cables que se dieron a conocer podrían poner en peligro la vida de algún norteamericano (¿espía, militar?) en el mundo. Si prueban lo primero y ocurre lo segundo, pobre soldado, hasta la pena de muerte puede caberle como venganza por haber puesto en descubierto algunas de las maniobras de que se valen los yanquis para ejercer su dominio mundial.

Pormenores del  atentado a la AMIA, el vicepresidente Amado Bodou, empresarios y empresas, el Grupo Clarín, Joaquín Morales Solá, Jorge Lanata, Mauricio Macri, Sergio Massa, Monsanto y muchos hechos y personajes más son citados en esos cables… Tengan la absoluta seguridad de que si no los leen en el libro, no habrá ninguna revista, diario o programa de televisión que se anime a publicarlos. Auto censura que le dicen…
R.B.
ArgenLeaks
Santiago O’Donnell
Ed. Sudamericana
360 pág.  - $85

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